jueves, 26 de junio de 2014

El Día de las Desgracias

Hace unos días tuve uno de esos días que merecen ser recordados y hasta ser plasmados de alguna forma. No, precisamente ese día, que decido escribir aquí en mi querido y nuevamente rediseñado blog, no fue uno de los mejores días del año. De hecho, catalogo ese día como el "Día de las Desgracias". Esta entrada sería perfecta para, posteriormente, hacer un vídeo contándolo en YouTube, a lo "vlogger" y muy del estilo de la gran Bollicao. Pero basta de irse por las ramas, me centro en contaros ese día.
Todo comenzó el martes de la semana pasada, es decir, 17 de junio de 2014. La noche anterior a ese día ya tenía planeado todo lo que tenía que hacer, y en este orden: firmar el nuevo acuerdo de estudios de Erasmus+ (sí, el curso que viene si es posible estoy en Parma) con el coordinador académico de mi facultad, transferir el dinero de la beca general ingresado en una cuenta a otra diferente y ya prácticamente principal, ir al Campus Universitario a entregar toda la documentación pendiente de Erasmus+, ir al Centro Comercial El Faro para hacer unas compritas y ya de paso almorzar, ir al trabajo (¿No os lo he dicho? Estoy trabajando en la Biblioteca de la Facultad de Medicina), por supuesto trabajar y estudiar para los futuros examenes, y ya volver a casa para descansar. Parece que todo está bien planeado y milimetrado, ¿verdad? Pues ahora veréis cómo se tuerce la cosa.

Para empezar, llego sobre las 10 de la mañana a la facultad, místicamente sudando de calor. Por lo visto ese día hacía calor nada mas empezar la mañana, aunque también hay que añadir los 15 minutos de caminata hacia la facultad, con sus dos cuestas por delante, lo cual realza la sensación de calor y el derroche de sudor por todo el cuerpo. Llego para firmar el acuerdo de estudios de Erasmus+, y me encuentro con que mi querido coordinador (si lees esto, que sepas que te quiero) ha bajado a desayunar. No me queda otra que esperar hasta que llegue, además aprovecho para hidratarme tras la caminata. Bueno, unos 30 minutos tardó en volver el coordinador al despacho, y cuando vuelve tiene que atender a otra persona, por lo que me toca esperar más. Vamos, casi una hora esperando (ni que esto fuera la consulta del médico en San Roque), pero finalmente pude conseguir que firmara el acuerdo de estudios y aclarar algunas dudas.

Sobre las 11 de la mañana, voy a realizar la segunda tarea, que es traspasar parte del dinero de la beca de este año de mi cuenta habitual en Caja Badajoz, a la nueva cuenta Evo que tengo. Sólo tenía que sacar el dinero del cajero, y luego ingresarlo en Evo. Pues bien, este día algo le pasaría al cajero de Caja Badajoz que estaría manco o algo parecido. ¿Por qué? ¡Porque no me dió mi dinero! Fui a sacar cierta cantidad de dinero, y cuando aparece en pantalla "Retire su dinero", me quedo esperando a que me lo dé y, tras un minuto de sonidos extraños, aparece "Gracias por su visita". Vale, me parece bien que seas educado, señor cajero, ¿¡PERO DONDE COÑO ESTÁ MI DINERO!? Por suerte, por las mañanas abren los bancos, y pude avisarles de lo que me acababa de ocurrir y, por suerte, cancelaron la operación (horas más tarde) y mi saldo estaba igual que antes de ese fallo.

Como no podía perder mas tiempo hasta ver que se solucionaba el problema, durante ese tiempo aproveché y ya me fuí al Campus Universitario. Concretamente tenía que ir a Relaciones Internacionales, que está muy escondido en ese maldito campus, para entregar toda la documentación restante de Erasmus+. También tuve que esperar unos minutos, pero entré. Y ahora viene otra desgracia: había datos en uno de los formularios incompletos. Más que incompletos, que no tenía ni idea de qué puñetas había que poner. Eso sí, miré a la chica de la oficina con cara de "no me vas a hacer volver a casa, corregir estos 3 datos de nada y volver a imprimir tras todo el tiempo que me ha llevado, ¿verdad?". Menos mal que interpretó a la perfección mi mirada y lo anotó todo a mano. ¡Aleluya! ¡Por fin tengo todos los documentos de Erasmus+ entregados!

Como era la 1 del mediodía, y aún tenía bastante tiempo hasta la hora de entrar en el trabajo, pues me fuí al Centro Comercial El Faro. Eso sí, cometí la locura de ir andando desde el Campus Universitario hasta allí, con un solazo brutal. Imaginad cómo llegué allí... como diría Glozell Gitana: "¡shorreando y dando parmas!". En fin, aquí en El Faro fue quizá lo único que me salió bien de todo el día: unas compritas suculentas en Primark (3 camisetas y 2 gafas de sol y todo por menos de 15 eurazos), y un buen menú Long Chicken en el Burger King. También aproveche para ir a Media Markt y ver cosillas interesantes.

Salí del Centro Comercial a las 15:10, para llegar al trabajo a las 15:30. Otra vez, como soy inconsciente y algo "monguer", voy andando, con todavía más sol y unas temperaturas elevadas. Eso sí, estrenando gafas de sol nuevas. Ahora bien, llegué 5 minutos tarde al trabajo, sudando como nunca y muerto de sed. ¡Menos mal que hay confianza entre bibliotecarios! Me dejaron asearme un poco e hidratarme antes de comenzar el turno de trabajo. Por suerte, dos de mis compañeras de clase, Marta y Laura (¡que os adoro!) fueron a visitarme a la biblioteca y estudiar allí. Hay que añadir que, tras el día que llevaba, estaba físicamente reventado, y lo único que quería hacer era tomarme algo con mis compañeras tras el curro y descansar en casa...

¡Pero surgen dos nuevos imprevistos! El primero, y no por ello grave, que era el cumpleaños de mi veterano con intención de sacarse una Licenciatura en CAV, "Cañi" y nos avisó para ir a tomar algo con el y celebrarlo. Pero el segundo imprevisto se lleva la palma: ¡mis grandiosas zapatillas de Inside se habían roto! Pero no roto de cualquier forma: ¡roto, roto! Estaban partidas por la mitad. ¿La causa? Por vejez no sería, pero sí se rompieron gracias al maravilloso asfalto y calidad del suelo de la ciudad de Badajoz, que entre baches, piedras y, por si fuera poco, con una temperatura que sobrepasan los 50º a pleno sol, hace milagros en las zapatillas. Como no iba a ir por la ciudad medio descalzo, recurrí al método de urgencia en estos casos: comprar unas zapatillas... ¡en los chinos! Sí, sé que cerca de la Facultad de Medicina está Intersport, Decathlon, etc., pero no estaba dispuesto a gastar un pastizal para algo urgente, así que zapatillas de los chinos (que por cierto no están nada mal). Ya tendré tiempo para ir a Decathlon.

Tras esto, primero fuí a tomar un refesco con mis compañeras y luego a la quedada de cumpleaños, la cual se alargó más de la cuenta. Sí, nos fuimos a cenar al TroZitos, y creo que es lo mejor que hice en todo el día. Por supuesto los ratos con mis amigos valen oro, pese al cansancio brutal que tenía encima.

Finalmente, sobre las doce de la noche llegué a casa, deseando coger y tirarme a la cama (no penséis mal, guarrones). Y esto fue el "Día de la Desgracias", destacado por los siguientes puntos, los cuales son dignos de crítica en entradas futuras:
  • El alto tiempo de espera a la hora de gestionar trámites administrativos en las instituciones (¡puta burocracia!).
  • La "gran" eficacia de los Cajeros Automáticos de más de 15 años de antigüedad, que son capaces de no darte dinero en efectivo, pero interpretar como que sí te lo ha dado.
  • La falta de información a la hora de rellenar documentos.
  • La calidad del suelo pacense en verano, capaz de romper hasta las zapatillas más resistentes de la Tierra.
Este sólo es el Día de la Desgracias, no por ello ha sido el Peor Día del Año, ni tampoco el Día del Reventón (este último ya lo he tenido recientemente, y han sido dos días seguidos). Aun así, aunque ese día estaba hasta los huevos, ahora lo recuerdo y hasta me da la risa. Dicen que está mal reírse de las cosas malas que pueden pasar, pero si tienen gracia uno no lo puede evitar.

Espero que, si habéis llegado hasta aquí, hayáis disfrutado de mi experiencia tan curiosa, aunque nunca superará a mi enfrentamiento a muerte contra el Televisor LG que ya publiqué hace tiempo. ¡Hablando de teles: ahora tengo una Samsung y SÍ que funciona el HDMI y el HD y todo! (Para entender esto último, pincha AQUÍ).

Nos vemos en la próxima entrada.

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